domingo, 25 de octubre de 2009

Precarización laboral
La crísis del estado de bienestar y del pleno empleo, tiene que ver con la forma en la que el capital se reproduce y acumula actualmente, más vinculado a los mercados financieros, la intensificación tecnológica y la apertura de mercados trasnacionales, que a la generación de actividades productivas que generen puestos de trabajo.

Así es que, desde mediados de los años 70, hay varias problemáticas que atraviesan el mundo del trabajo: el crecimiento y la composición cambiante de la población ocupacional, la participación creciente de mujeres en el mercado de trabajo, el crecimiento de contratos flexibles y con tiempo parcial, los contratos en negro sin los beneficios sociales, la pre-jubilación de empleados de edad, la entrada tardía y difícil de jóvenes en el mercado de trabajo, la llegada e integración de immigrantes y sus familias, etc. Entre estas características hay una central, que es el Desempleo estructural cuya consecuencia directa es la tendencia a la precarización generalizada del trabajo.

Este escenario laboral, se completa teniendo en cuenta la intervención que el Estado desarrolla hacia el mercado de trabajo (regulación o flexibilización). Muchas veces el estado no solo no resguarda Derechos sino que, de manera perversa, es el propio Estado el primero que precariza a sus propios trabajadores/as, tal como nos ocurre a nosotros/as.

'Así se termina configurando y “naturalizando” un “Trabajo precario” que es un trabajo inseguro, flexible y con tiempos parciales, con poco arraigo y pertenencia en los trabajadores/as, sin estructuras estables que los ordenen. Esto lleva a un proceso de informalización de las relaciones laborales y des-organización de los trabajadores.

Expresandose en que la identidad del trabajador con respecto a su tarea, se torna utilitaria, débil, siempre en fuga buscando alternativas mejores.


Al reconocer(nos) en esta realidad podremos convocar(nos) a transformarla …